Rosácea: diagnóstico y tratamiento | Tiempo de lectura: 6 min. | 29 de febrero 2024

Rosácea: diagnóstico y tratamiento

En el siguiente artículo de revisión se resumirán los aspectos más relevantes de la fisiopatología, la clínica, y el tratamiento de la rosácea.

Introducción

La rosácea es un padecimiento crónico con un curso que se caracteriza por exacerbaciones y remisiones y es altamente variable en sus manifestaciones. Mientras algunos pacientes la cursan sólo con eritema y telangiectasias, otros desarrollan lesiones nodulares deformantes como rinofima. Ésta afecta más a las mujeres de fototipos claros a partir de su cuarta década de la vida. Si se juntan todas sus variantes, la incidencia es de aproximadamente 10%.1 La rosácea tiene sus orígenes en una interacción compleja entre factores endógenos (como son los inmunológicos, la genética, la regulación neurohormonal, la vasodilatación y el microbioma) y exógenos (como la radiación ultravioleta y el estrés).

Fisiopatología

Son múltiples los mecanismos que han sido implicados en la rosácea. Un estudio del genoma completo en pacientes con ésta sólo encontró asociación significativa para los alelos del HLA-DRB1*03:01 y *02:01.2 En estudios de cohorte se ha buscado demostrar si, como parte del proceso inmunológico e inflamatorio alterado que provoca la rosácea, también aumenta el riesgo para otras enfermedades, ya que se ha encontrado mayor riesgo para desarrollar hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y autoinmunes.3,4 Previamente, se consideraba al Helicobacter pylori como un factor causal y exacerbante de la rosácea, y que tratarla podía controlar sus manifestaciones en la piel; no obstante, esta asociación no se ha podido demostrar.5 Respecto al microbioma, ahora ha recibido mucha más atención el ácaro Demodex spp. Se ha demostrado que los pacientes con rosácea presentan una mayor densidad de Demodex, y que el tratamiento enfocado contra éste disminuye sus manifestaciones en la piel.1,6,7

Manifestaciones

Las manifestaciones clínicas y la gravedad son altamente variables. Esta dermatosis puede presentarse con eritema facial persistente, telangiectasias, pápulas, pústulas, y/o fimas.1 Previamente, se clasificaba en cuatro fenotipos: eritemato-telangiectásica, pápulo-pustulosa, ocular, y fimatosa. Sin embargo, debido a que estos fenotipos frecuentemente se sobreponen, en las publicaciones más recientes del Comité de Expertos de la Sociedad Nacional de Rosácea se ha optado por unificar los criterios diagnósticos (Tabla 1).1 Igualmente, se ha hecho mayor énfasis en tratar también las manifestaciones oculares que afectan hasta al 50% de los pacientes.

Tabla 1. Criterios diagnósticos de la rosácea

Criterio diagnóstico:

Eritema centrofacial fijo que se intensifica periódicamente

Criterios mayores

Criterios secundarios

Flushing Sensación ardosa

Criterio diagnóstico:

Cambios fimatosos

Criterios mayores

Criterios secundarios

Pápulas y pústulas Sensación de quemazón
Telangiectasias Edema
Manifestaciones oculares (telangiectasias palpebrales, inyección conjuntival, infiltrados corneales y escleritis) Resequedad
Manifestaciones oculares (disfunción lagrimal, irregularidad del borde palpebral, acumulación de un collarete en la base de las pestañas)

La presencia de cualquiera de estos criterios, o sólo con dos o más de los mayores, son suficientes para realizar el diagnóstico.1

Tratamiento

Éste es un padecimiento crónico para el que no hay una cura, sin embargo, se puede controlar efectivamente con el tratamiento. Frecuentemente, es necesario implementar un régimen multimodal con agentes tópicos, sistémicos, terapias de luz y cambios en el estilo de vida para un buen control de las lesiones.8 Es necesario individualizar el tratamiento de acuerdo con las manifestaciones que predominan en cada paciente. Las opciones para cada tipo de lesión se resumen en la Tabla 2. El manejo de los síntomas oculares requiere del tratamiento conjunto con un oftalmólogo.

Un aspecto no farmacológico, pero igualmente relevante del tratamiento de la rosácea, son los cambios en el estilo de vida. Una característica importante de la rosácea es su curso con remisiones y exacerbaciones, frecuentemente relacionado a estímulos exógenos. Se le debe de instruir a los pacientes que lleven un registro diario de síntomas, lesiones, y probables exacerbantes, de forma que los puedan identificar y evitar lo más posible. Algunos desencadenantes conocidos son: exposición solar, estrés emocional, clima cálido, ejercicio extenuante, consumo de alcohol, baños con agua caliente, clima frío, comida picante, humedad, calentadores de interiores, bebidas calientes, medicamentos, y algunos alimentos como frutas, embutidos, vegetales, y lácteos.1

Tabla 2. Manifestaciones y opciones de tratamiento para la rosácea

Manifestación: Eritema persistente


Opciones de tratamiento

Brimonidina tópica Oximetazolina tópica Retinoides tópicos
Luz pulsada intensa Láser de colorante pulsado Láser KTP

Manifestación: Pápulas y pústulas


Opciones de tratamiento

Ivermectina tópica Metronidazol tópico
Ácido azelaico tópico Tetraciclinas sistémicas

Manifestación: Telangiectasias


Opciones de tratamiento

Luz pulsada intensa Láser de colorante pulsado Láser KTP

Manifestación: Firmas


Opciones de tratamiento

Isotretinoína sistémica Láser Erbium YAG Radiofrecuencia
Láser CO2 Electrocirugía

Conclusiones

La rosácea es una patología de la piel muy frecuente con el potencial de deteriorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. Por ello, es de gran relevancia que de forma temprana se establezca el tratamiento farmacológico y los cambios de estilo de vida adecuados. Cada vez hay más evidencia de que no se trata de una patología aislada, sino que puede tener relación con un riesgo aumentado de enfermedades cardiovasculares y autoinmunes, por lo que estos pacientes pudieran requerir un seguimiento más estrecho e intervenciones de prevención primaria. Sin embargo, esto requiere más estudios prospectivos y ensayos clínicos para demostrar dicha asociación.

Referencias

  1. Thiboutot D, Anderson R, Cook-Bolden F, Draelos Z, Gallo RL, Granstein RD, et al. Standard management options for rosacea: The 2019 update by the National Rosacea Society Expert Committee. J Am Acad Dermatol. [Internet]. Junio del 2020 [citado el 28 de febrero del 2024];82(6):1501-10. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.jaad.2020.01.077
  2. Chang ALS, Raber I, Xu J, Li R, Spitale R, Chen J, et al. Assessment of the genetic basis of rosacea by genome-wide association study. J Invest Dermatol. [Internet]. Junio del 2015 [citado el 28 de febrero del 2024];135(6):1548-55. Disponible en: https://doi.org/10.1038/jid.2015.53
  3. Egeberg A, Hansen PR, Gislason GH, Thyssen JP. Clustering of autoimmune diseases in patients with rosacea. J Am Acad Dermatol. [Internet] Abril del 2016 [citado el 28 de febrero del 2024];74(4):667-72 e1. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.jaad.2015.11.004
  4. Tsai TY, Chiang YY, Huang YC. Cardiovascular Risk and Comorbidities in Patients with Rosacea: A Systematic Review and Meta-analysis. Acta Derm Venereol. [Internet]. 21 de octubre del 2020 [citado el 28 de febrero del 2024];100(17):adv00300. Disponible en: https://doi.org/10.2340/00015555-3668
  5. Jorgensen AR, Egeberg A, Gideonsson R, Weinstock LB, Thyssen EP, Thyssen JP. Rosacea is associated with Helicobacter pylori: a systematic review and meta-analysis. J Eur Acad Dermatol Venereol. [Internet]. Diciembre del 2017 [citado el 28 de febrero del 2024];31(12):2010-5. Disponible en: https://doi.org/10.1111/jdv.14352
  6. Zhao YE, Wu LP, Peng Y, Cheng H. Retrospective analysis of the association between Demodex infestation and rosacea. Arch Dermatol. [Internet]. Agosto del 2010 [citado el 28 de febrero del 2024];146(8):896-902. Disponible en: https://doi.org/10.1001/archdermatol.2010.196
  7. Forton FMN. Rosacea, an infectious disease: why rosacea with papulopustules should be considered a demodicosis. A narrative review. J Eur Acad Dermatol Venereol. [Internet]. Julio del 2022 [citado el 28 de febrero del 2024];36(7):987-1002. Disponible en: https://doi.org/10.1111/jdv.18049
  8. Sharma A, Kroumpouzos G, Kassir M, Galadari H, Goren A, Grabbe S, et al. Rosacea management: A comprehensive review. J Cosmet Dermatol. [Internet]. 1 de febrero del 2022 [citado el 28 de febrero del 2024];21(5):1895-904. Disponible en: https://doi.org/10.1111/jocd.14816
Artículo escrito por:
Dr. Rafael García Silva
Médico cirujano egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Residente de Dermatología clínica en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ).
Si eres profesional de la salud y deseas publicar contenido en nuestros canales de difusión,
escríbanos a: medical@plmlatina.com